EL REY DE NUEVA YORK (1990).


Título que representa a la perfección y exultantemente el cine de ACCIÓN de los 80 más medio, ofrecido desde el prisma 'gangsteríl' de ciudad más importante del mundo y una incesante lacra de la sociedad con la droga y violencia expeditiva en tiroteos persecutorios con automóviles, al mejor estilo cinematográfico.

Dirigida por el irregular Abel Ferrara tiene a Christopher Walken como el 'rey de la función' junto a otros nombres interesantes (aún por despuntar en aquella época) aún en la mejor SERIE B.

Así unos al lado de la ley y otros en el lado más salvaje, hecha de manera estilizada como un vídeo-clip y con poco presupuesto se vive una película bastante accionada pero fallida.




Carátula vídeo-club España.
Producida por las productoras italianas de Augusto Caminito, señor del 'euro-trash' y la Reteitalia S.P.A. (perteneciente al grupo Fininvest inaugurada en 1979 y disuelta en 2002) financió al director más prolífico de un 'corpus delicti' norteamericano, no muy adictivo a Hollywood, Abel Ferrara (como dijo su 'fan' español, Jesús Palacios, escritor y crítico cinematográfico en su libro entregado en el DVD español), que por su filmografía de 'artesano nº1', construyó una película entre aquellas 'polizesca' italianas y la de 'gangsters' modernos americanos.

Abel Ferrara, director independiente que sin brillar excesivamente, el prestigio le sonreía por sus películas bienvenidas, además de ser llevado sin querer al amado contubernio más polémico con su sello al uso sumamente comercial. 

La usual fijación por Nueva York de sus primeros filmes se retuerce en la inflexión sórdida del debate discutible con justicieros, amores tribales de barrio, policías corruptos y uno de sus temas favoritos la mafia más recalcitrante, ya en sus primigenias "Ángel de Venganza" (1981), "Ciudad Del Crimen" (1985) "El Gladiador" (1986), "China Girl" (1987) o las algo más actuales "Teniente Corrupto" (1992), "The Addiction" (1995) o más suprema "El Funeral" (1996) son una prueba de ello, pidiendo añadirse alguna otra, mucho menos interesantes. 



"El Rey de Nueva York" (1992) -
 Frank White (Christopher Walken) al salir de prisión quedrá su reino.


"El Rey De Nueva York" (1990) -
Art Cinema: Ascot Elite.
"King Of New York" (1990) es una cinta de bajos vuelos que vuela muy bien, correctamente presupuestada, aprovecha las alquimias maneras del director en uno de sus mejores momentos, mostrando la ciudad nocturna y oscurantista con todo su exceso en ferocidad abrupta, pero con finura y vehemencia, sumándole las escenas sexuales gratuitas, los tiroteos como si de un 'Made in Hong Honk - AÑOS 90' de John Woo se tratase, puede llegar a ser disfrutable para los amantes del CINE de ACCIÓN y POLICÍACO.

Unas insuflas escenas de "Nosferatu" (1922) o "Aguirre, La Cólera de Dios" (1972) con tratos entre todo la tipología de pendencieros negros, chinos demasiado duros y 'chicanos' traidores se queda enmarcada en el distinguísmo ochentero, aunque su poca repercusión mediática, al menos en España, la favorecen en curiosidad, que estrenada en vídeo directamente con un doblaje nefasto la dejan en el fascinante rincón de las 'gratas sorpresas' a descubrir.

Agresiva y violenta como pocas (al año siguiente el partícipe actor Mario Van Peelbes y su "New Jack City" (1991) aprovecharía el tirón de este tipo fílmico, batiendo récords de taquilla en todo el mundo), Abel Ferrara rodaría nerviosamente reuniendo a un antiguo 'gangster' salido de prisión que quiere recuperar su negocio de la venta de la droga en la ciudad más cosmopolita, 'a cualquier coste'.

Los tiros, la violencia con rencillas y muertes 'por doquier' cayendo mafiosos y matones con la policía 'pisándoles los talones' cruzándose fatalmente, donde alguna chica guapa, perecerán.

Los malos pasados de vueltas 'dan caña' por el nuevo jefe impávido Frank White (Christopher Walken) regresado desde la cárcel, interpretado fríamente por uno de los actores más carismáticos, tendrá que poner en orden su trono, y no le temblará la mano.


"El Rey De Nueva York" (1990) - Christopher Walken.

Christopher Walken en una línea, después de participar con Abel Ferrara, formarían una especie de unión 'director-actor fetiche' durante unos años, ubicándose a la SERIE B de la más innecesaria de la época, sin faltarle el trabajo participando además en "Amor A Quemarropa" (1993), "Pulp Fiction" (1994) (consiguiendo mantener el logro de tipo desagradable e interesante como actor honorablemente prestigiado, sin que muchos pudieran otorgarse el mismo rol).

Aquí su interpretación sumamente altiva de miras frías, impávidas e insensibilidad malsana en esta película agrupada en el CINE de ACCIÓN de 'alto octanaje', decente como CINE POLICÍACO o 'De Gangsters', diciendo su negatividad de DRAMA NEGRO ochentero.


Laurence Fishburne y Christopher Walken.

David Caruso y Wesley Snipes.

En la película aparecen Lawrence Fishburne (aún se hacia llamar Larry) y Wesley Snipes que le faltaba muy poco para que requeridamente sus nombres estuviesen como cabeza de cartel, convirtiéndose en estrellas de su propio estilo, en el que se incluía a John Turturro, Steve Busemi y David Caruso, todo un plantel de actores nominales en la generación de los 90,  siendo escalafones 'de lujo' como secundarios de agradecido ver.

Además, dos chicas rubias demasiado atractivas salían alrededor de Christopher Walken y su banda, la abogada Janet Julian y la acompañante Carrie Nygren que por arte de embelesar, sus personajes tendrán un final desdichado. 


SINOPSIS:

Cartel estreno E.E.U.U..
Frank White (Christopher Walken) ha sido puesto en libertad después de pasar mucho tiempo en la prisión de Sing-Sing, quién recibido por sus antiguos congéneres del negocio, solo tendrá un pensamiento... recuperar su situación dominante en Nueva York como el señor de la droga que era.

El capo se rodeará de unos pandilleros de color, encabezados por Jimmy 'Jump' (Laurence Fishburne), un violento mil hombres de gatillo fácil y orgullo del más subido las palabras de su jefe, intentará llegar a presentarse a alcalde de la ciudad, y para ello codeado con influyentes gentes sin contribución en negocios del todo limpios, llegará a ganarse a las bandas chinas prometiendo acercarse a las gentes pobres de los barrios marginales construyendo un nuevo hospital, pero estos últimos incrédulos de su acercamiento, dudaran de su codiciosa pretensión, por saber que su único interés es el dinero.


White convencido de que no es tan villano como la gente creé, enorgullecido de no haber matado a nadie que lo mereciese, deja las malas conciencias a sus subalternos, sin escrúpulos y ninguna piedad con sus enemigos, de seguir hacia su objetivo, aunque topándose con algún traidor y la brigada policial siguiéndole, no le pondrán las cosas fáciles, así White y los suyos utilizaran los métodos habituales para cualquiera que se interponga en su camino.