KATYN (2007).


Película polaca basada en hechos reales acaecidos la 2ª Guerra Mundial durante la invasión soviética a Polonia, ocurriendo una matanza de fatales consecuencias en Katyn, pueblo perteneciente en aquellos años a la Unión Soviética, pero que tanto la Alemania nazi de Adolf Hitler sacó una oportunidad en forma de propaganda para resarcirse de sus actos, como la Madre Rusia de Stalin en negarlo durante años. 

Película de reconstrucción en filmación correctisima, nominada a los Oscars de la Academia de Hollywood a la 'Mejor Película de Habla No Inglesa'.



Escudo Polonia.
Dirigida por Andrzej Wajda, una de las máximas figuras reconocidas de cinematografía polaca y de la Europa del Este, hijo de un oficial de caballería del ejército polaco de la 2ª Guerra Mundial que murió en la masacre de los hechos del film aquí tratado, combatió también muy joven en dicho conflicto bélico.

Toda su filmografía se ha basado en relatar la situación política social e histórica de su país de una manera artesanal y trágica, a la vez que, intentando informar de la situación sensibilizando con cierta crítica.

Esta es una de las películas polacas que han podido reconocer su cinematografía internacionalmente.


¿QUE PASÓ REALMENTE EN KATYN?.


Homenaje Fosa Común, Katyn 1940.
En los albores de la 2ª Guerra Mundial, el pueblo de Katyn en Polonia fue víctima de una de las mayores ejecuciones masivas de la historia contemporánea. 

Poco después de iniciarse la contienda en 1939, el ejército alemán continuando con su expansión por Europa al mando de su líder Adolf Hitler teniendo un pacto de no agresión con la U.R.S.S., firmado en secreto y llamado Molotov-Ribbentrop, todo preveía - con un gran escepticismo - que el presumible reparto de la menospreciada y débil Polonia entre las dos grandes potencias de la época, se haría realidad.

La U.R.S.S, cumpliendo su parte del pacto, entró en la frontera de Polonia por la zona oriental del país, de tal forma que los alemanes estaban invadiendo por el este, el encuentro podría ser de repercusión, pero todavía estaban unos lejos de otros, mientras que la Unión Soviética tenían puestos los ojos más al norte, mirando a Finlandia, porque Suecia se protegía de ser neutral.

Los prisioneros que hizo el Ejército Rojo al romper la frontera polaca, en su mayoría militares , entre soldados y mandos, además de civiles de cierto interés, teniendo contabilizados en unos 25.700, siendo pensado en ser repartidos por varios lugares de la actual Rusia, por los campos de Kozelsk, Ostashkov y Starobels, así como por ciertas prisiones de Ucrania occidental y Bielorrusia, sin embargo, el jefe de la policía secreta soviética, Lavrenti Beria, en una carta clasificada como ultrasecreta escrita el 5 de marzo de 1940, recomendó su ejecución inmediatamente clasificándolos de 'permanentes e incorregibles enemigos del poder soviético'. 


Fotograma: "Katyn" (2007) - Reunión mandos soviéticos y del ejército alemán. 

En ese escrito a la N.K.V.D. (la policía del estado soviético, precursor del K.G.B.) se le ordenó juzgar a los detenidos en tribunales especiales, sin contar con su comparecencia y sin acta de acusación, todo mediante una mera producción de certificados de culpabilidad diciendo por mandato '...aplíquenseles el castigo supremo: la pena de muerte por fusilamiento...'.

La firma estampada con un lapicero azul de Iosif Stalin, líder supremo de la U.R.S.S, junto a la palabra 'za' (que significa 'a favor') rubricó la orden. Las firmas de otros tres miembros del politburó ruso acompañaron el precepto.

Cartel masacre Katyn 1940.
Así, durante la primavera de ese año en el bosque de Katyn, territorio perteneciente entonces a la Unión Soviética, se convirtió en el escenario de la cruenta masacre decidida por las máximas jerarquías rusas: unos 22.000 miembros de la élite polaca, incluidos políticos, oficiales del ejército e incluso artistas junto a intelectuales, fueron fusilados metódicamente, uno a uno con un tiro en la nuca, que tras recibir el tiro de gracia fueron tirados en fosas comunes y enterrados. 

Sólo, 448 de los detenidos pudieron salvar la vida del exterminio, estos fueron amnistiados y se integraron en un cuerpo del Ejército Polaco que luchaba junto al Ejército Rojo soviético al mando del General Anders. 


El 22 de junio de 1941, Hitler invado la Unión Soviética - ver película "Stalingrado" (2013) -. 

Stalin asistió aturdido envelado al avance de los ejércitos hitlerianos que cruzaron su 'línea roja' de la frontera soviética haciendo caso omiso del pacto de no agresión firmado con el III Reich, y de la que creía inviolable.

La guerra entre las dos potencias sería la principal prioridad y el trágico genocidio de los polacos pasando al olvido, durante un periodo de tiempo su historia.

Foto real fosa común Katyn, 
1940 descubierta por los nazis.
Dos años después, en el mes de abril de 1943, el abominable crimen soviético salió a la luz. 

Unos conductores polacos que acompañaban a una unidad alemana serían los primeros en descubrir las gigantescas tumbas, que con otros campesinos rusos dieron con la cárcava, encontrándose un terreno cubierto de pinos a unos 400 kilómetros al oeste de Moscú, a 20 kilómetros al oeste de la ciudad de Smolensk y cerca de la carretera a Vitebsk. 

Según testimonios, el lugar servía a la N.K.V.D. como punto de ejecuciones, habiendo sido acotado con alambradas y hallándose vigilado por centinelas y soldados. 


Tras una intensiva búsqueda se dio con los cadáveres. 

Goebbels, el ministro de propaganda nazi, convirtió el descubrimiento en un arma publicitaria para el partido y su país. La baza era clara, esos crímenes soviéticos permitieron neutralizar los primeros atisbos de las abominaciones cometidas por los germanos de los campos de exterminio.

Fotograma: "Katyn" (2013).
La reacción soviética fue rápida como conjeturable, negando su participación tajantemente, porque reconocer el genocidio perpetrado en Katyn hubiera significado asemejarse con el nazismo.

De modo que fue relegado al olvido durante décadas, asimismo por parte aliada, Roosevelt y Churchill, mandatarios de 'Los Aliados' apoyaron por razones obvias, el negacionismo soviético del magnicidio. 


La Unión Soviética jamás reconoció oficialmente su culpabilidad, y desde el fin de la 2ª Guerra Mundial, Polonia adoptando el régimen comunista, apoyado e impuesto el régimen del Kremlin, continuó culpando del genocidio a la Gestapo nazi, así que la verdadera realidad siguió oculta.

La población polaca profundamente marcada por los hechos, consideraba osado a todo aquel que se atreviera a hacer gala de su intelectualidad de los hechos, todavía en la década de los AÑOS 50.


Fotograma: "Katyn" (2013).

La situación cambió en 1988, cuando finalmente Moscú se vio obligado a admitir el gran magnicidio bajo el influjo de la era de la 'Perestroika' (palabra rusa utilizada en el lenguaje político y periodístico internacional de los AÑOS 80 para referirse al proceso de la reforma política de la Unión Soviética). La reconciliación empezó a atisbar

El politburó soviético aprobó la publicación de los documentos relativos al trágico suceso y en octubre de 1990, el presidente Mijail Gorbachov se los entregó a su homónimo polaco, Wojciech Jaruzelski, reconociendo públicamente la responsabilidad del gobierno de Stalin en la matanza.

Monumento, New Jersey.
El mundo asistió conmocionado a la verificación y constatación de uno de los mayores magnicidios más dramáticos de la historia moderna. 

El pueblo polaco pugnó por sacar a la luz su verdad. 

En 1992 se entregó una documentación suplementaria al tribunal supremo de la Federación Rusa, para que la adjuntara al proceso contra el P.C.U.S. (Partido Comunista de la Unión Soviética) como organización militar. 

Por aquél entonces, Lech Walesa era el presidente de Polonia y Gorbachev, ya como ex-presidente negó haber ocultado los documentos sobre la matanza en su mandato, pero la tensión fue cogiendo altas cotas de importancia, que en un momento de arrebato dijo que la causa contra el P.C.U.S. era un 'proceso de mierda', siendo llevado a un acusamiento y enjuiciamiento público. 

En 1993 Boris Yeltsin, arrodillado en Varsovia se disculpó ante el pueblo polaco y dos años después promovió la erección de monumentos en memoria de las víctimas, pero a Polonia aún le quedaba mucho camino por delante para la reparación de los hechos. 

Así en 2005, Varsovia tuvo que sufrir un grave revés cuando la Fiscalía militar rusa concluyó que la matanza no fue un acto de genocidio sino un crimen militar ya prescrito.


Cartel estreno Reino Unido.
En el mes de abril de 2010, Rusia dio un paso determinante al colgar en Internet los archivos del caso, aquellos documentos ya no eran secretos, pero su difusión constituia un gesto diferencial hacia Polonia, y aunque la conciliación ruso-polaca parecía cercana e inmediata, otra tragedia cayó sobre los polacos y como si de una maldición se tratase, el presidente Lech Kaczynski y su esposa María, fallecieron junto a decenas de políticos en un accidente aéreo cuando se disponían a participar en el 70º aniversario de los hechos de Katyn. 

Aunque la duda planeó sobre alguna extraña autoría de los hechos ocurridos, nada fue demostrado. 

A día de hoy el desenlace de la mayor catástrofe sufrida por Polonia en el siglo XX parecía no tener fin: las últimas acciones emprendidas por los parientes de las víctimas tuvieron lugar, el 16 de abril de 2012, cuando acudieron al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo para exigir a Rusia su reconocimiento y su responsabilidad jurídica, otorgando la calificación de genocidio a lo sucedido, pero este tribunal se limitó a reconocer los hechos como un crimen de guerra y a condenar a Rusia por no cooperar con ellos, concluyendo su incapacidad para juzgar a ese país por no querer investigar más sobre el asunto. 

El pueblo polaco, lejos de resignarse, continúa clamando justicia.

(Fuente: Diario La Vanguardia.)



SINOPSIS:


Cartel estreno Polonia.
El 17 de septiembre de 1939, El Ejército Alemán de Adolf Hitler invade Polonia; también lo hacen los soviéticos de Stalin, estos últimos reunirian a casi todos los militares como prisioneros, separando la tropa de los oficiales. 

Entre ellos el oficial Andrej, escribiría en un diario todo lo que ocurriría en el momento de la llegada de los mandos alemanes y rusos, pactando el que hacer con los allí cercados, preocupado junto a sus compatriotas por sus vidas.

Anna, su mujer desesperada por el caos dada la invasión de países extranjeros tendrá que dejar a su hija en compañía de otros civiles para poder ir en busca de marido, intentando saber su paradero. 

En su periplo comprobará el desorden generalizado en la población por la llegada de los invasores.

Una vez que se trasladasen a algunos de los miles de los soldados a un campo de concentración, él oficial Andrej, apartado y deportado a la U.R.S.S, aún intentará plasmar en papel la infamia de los recién llegados, que al no saber cómo reaccionar tanto como presos y cómo otros vigilantes, no tardará en llegar una orden de muerte desde Moscú con una infame noticia.

En la primavera de 1940, soldados y civiles polacos fueron ejecutados, uno a uno fusilados y enterrados en el bosque de Katyn, no tardando al paso del tiempo en descubrirse del desgraciado lugar por el Ejército Alemán. 



Fotograma: "Katyn" (2013).

Anna recuperándo el diario de Andrej, podrá dar a conocer que los soldados polacos fueron asesinados por el Ejército Soviético.